
Estamos a un paso de comenzar un nuevo año litúrgico, con la apertura solemne del adviento. Este tiempo, periódicamente, nos invita a ponernos en camino y a buscar el sentido de nuestra vida y nuestra historia.
Este año, el adviento estará especialmente marcado por la «escucha», palpitando junto miles de hermanos del continente, la Asamblea de América, y ya transitando como diócesis los primeros pasos del sínodo.
También la «espera» de la irrupción del Espíritu, de la actualización del misterio de la encarnación nos movilizará en las próximas semanas.
Estemos atentos, abiertos a lo que el Señor nos quiere decir en el adviento que comenzamos.