Mes Misionero Diocesano

Querida comunidad diocesana: 

Como Comisión Diocesana de Misiones, queremos hacerles llegar algunas informaciones así como animarlos a vivirlo en clave de misión.

Desde el equipo nacional que conduce las Obras Misionales Pontificias este año se ha decidido dar lugar a las propuestas parroquiales en lugar de la propuesta virtual llevada adelante el año anterior, que ha dado muchos frutos. Aprovechamos esta ocasión para agradecer a los fieles y parroquias que en dicha ocasión se sumaron con distintas propuestas con el fin de animar y promover el llamado a la Misión y la cooperación misionera en todas sus dimensiones. 

Este año, por su parte, el lema que animará el mes misionero es: “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hch 4,20). 

Además, durante este mes, como cada año, habrá dos fechas importantes. 

  • El próximo fin de semana se llevará a cabo en todo el país, la jornada del Domund. Una vez más, estamos invitados a colaborar con la actividad misionera global, con nuestro aporte. 
  • El día 20 de octubre, junto a la diócesis de Rafaela, estamos llamados como iglesia diocesana a unirnos a la cadena del Rosario Misionero. Los animamos a replicar esta propuesta a sus grupos y comunidades. 

Las circunstancias actuales y todo lo vivido en este tiempo a nivel mundial, nos desafían e impulsan a buscar nuevas maneras para la evangelización y hoy la virtualidad nos ofrece muchas posibilidades. Por esto los invitamos a compartir aquellas propuestas que puedan llevar a cabo, que sin dudas ayudarán a animar y encender el deseo misionero en muchos corazones. 

Las distintas propuestas o nuevas informaciones, podrán ser seguidas desde las redes sociales de la comisión diocesana de Misiones:

  • Instagram: @misionreco 
  • Página de facebook: Obras Misionales Reconquista

Anhelamos que en este mes de octubre podamos unirnos como discípulos de Jesús en la cooperación espiritual, dedicando un tiempo de oración especial por las misiones, renovar el fervor misionero y la certeza de que todos y cada uno somos llamados a anunciar al Dios que nos salva; porque no podemos callar lo que hemos visto y oído.