– ¿Tienen los comerciantes, profesionales, políticos, trabajadores una mentalidad de bien común?”
“Cabe preguntarse: ¿Por qué la Iglesia se preocupa de estos temas, tales como el Bien Común?
Sin embargo, ante la pregunta ¿Iglesia que dices de ti misma? La respuesta debe buscarse desde la misma Palabra de Dios, más precisamente desde el Nuevo Testamento.
Recordemos que el Hombre es un ser creado, una criatura que es el centro de la creación. Ello significa que es una “criatura responsable” desde su relación con la creación entera – naturaleza – con sus hermanos y con Dios.
Si tomamos unas palabras de San Pablo, expresada en su Primera Carta a los Corintios, que nos dice: “Todo es nuestro pero ustedes son de Cristo”. Ante la expresión: “Todo es nuestro” significa que la política, la economía, el sexo, el amor,… es nuestro. Pero al decirnos también “Ustedes son de Cristo” no nos da una limitación, màs bien nos recuerda Pablo que todo nos está permitido pero no todo es conveniente.
En esta línea debemos entender la misión del cristiano constructor del mundo. Por la cual, la fe no nos aleja del mundo sino que nos compromete màs a trabajar por el bien común.
La Doctrina Social de la Iglesia Católica expresa que el desarrollo del hombre debe realizarse en tres aspectos: a nivel espiritual, humano y social. Por lo tanto, las dificultades que afrontamos hoy en nuestro país no son solo problemas económicos, sino también antropológicos y morales.
Por ello, la Iglesia se pregunta y preocupa de estos temas. Porque es una exigencia de nuestra fe trabajar por el bien de todos. La Palabra de Dios nos enseña que Jesús pasó haciendo el bien. Lo cual, no cabe pensar en una cultura individualista, en pensar solo en mí.
Una característica del ciudadano constructor del mundo es “DESPERTAR LA CONFIANZA.”
Y podríamos establecer metas a alcanzar en este camino como constructores de la sociedad, tales como:
1º Definir nuestros alcances y límites como seres humanos desde el lugar que ocupamos en la sociedad. Recordar que las armas que tiene cualquier ciudadano son la palabra, el testimonio de vida y sus obras.
2º Buscar la reconciliación y la capacidad de diálogo en la sociedad argentina.
3º Afianzar la educación y el trabajo como clave del desarrollo y de la justicia y de la justa distribución de los bienes.
Los invito a no tener miedo a una sana ambición de poder político, sino más bien junto con la austeridad, ejemplaridad y coherencia de vida buscar el bien común para esta sociedad en la que nos toca vivir, con el límite que nos marca nuestra Constitución Nacional.
Recuerden dirigentes políticos que no están accediendo a una empresa con su tarea sino que están accediendo a un servicio.”
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